En casa

Llegamos y había fiesta.
Yo estaba cansada de desaparecer, de no escribir en primera persona por miedo al narcisismo. Cansada, por haber realizado un gran esfuerzo en abrazar lo otro como disfraz.
A la alegría de verles se le adicionó la realidad, la de quienes somos. Como en un partido de quemado, en el recreo largo, esperando que me elijas en tu equipo. ¡ Qué me elijas! no quiero quedarme al final, en el último puesto de los que hacen el esfuerzo. Todo este esfuerzo que hago para ser vista.
¿Qué quiero que escuches?

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