Entradas

Mostrando entradas de 2015

Pasará...como cada cosa

Tomar la cualidad ajena       -cuando descubro en el juego        que puedo hacer/ser lo otro,        lo inaccesible se vuelve posible. Hacer lo otro     -Aquello que tomamos, no es acabado,      es aun por hacer. Tampoco él (lo otro) nos disfraza;      aquello percibido no nos cubre como un traje ajeno.       Eso percibido está por hacerse      y se nutre de lo propio tan ajeno. ¿Qué cosa hay más singular que eso tercero, inesperado, espontáneo? Casi presente, irremediablemente ausente... Como querer retener un ocaso. Lo que miro también es/me es propio. Y no es una cuestión netamente azarosa. Aquello que percibo en el otro, tiene que ver con él, pero finalmente tiene que ver con lo que me es. Distingo tu presencia...lo que mi experiencia y mi singularidad me habilitan. Y ojalá!... Cuando te encuentro(sorprendido) singular seamos simultáneamente, lo propio, lo otro y una pregunta, abriendo un espacio a lo que aun no puede ser nombrado.

Aguante Carlitos

Algo está muy lejos... ¿De qué hablar? Si apenas se puede pensar con claridad, si apenas nos miramos, nos llenamos de miedo, despavorido. Ella tiene quince años, está esperando una bebita. Mad World, la muerte le llena los días. El tiene 16 años, vive lejos de su familia y la vida por Aldisivi, su papá es lo más importante, y la muerte le llena los días. No tomorrow. Ella tiene 40 años se acaba de separar, está tan triste, no sabe quien es, siempre miró a los otros para saberse ella misma. El tiene 35 años, no tiene papá y no sabe decir te amo. No cree que le falta algo. Y Guadalupe grita -¡Aguante Carlitos, Aguante Carlitos! Tiene 5 añitos y juega en el pasillo del Bº Carrillo, en el carro vacío de algún cartonero que no conocemos, juega con los otros nenes, mientras los grandes lloran por Carlitos. -Dios no existe- dice ella, tendrá 40 años, ya perdió tres hijos. - ¡Aguante Carlitos! ¡Aguante Carlitos!-. Demasiada muerte, demasiada vida. No se puede ni pensar. ¿Qué estamos ha

El contorno y la noche

Noche, envuelta en el tiempo y despierta de sueños. Día, envuelto de sudor y anochecido de sueños. Y la tarde que se desliza queriendo recuperarse. Es obra del tiempo contenerlo todo, es cuestión de los hombres recordarlo y es materia de la noche recuperar lo insignificante. Suspiraste al llamar, 5 am ¿porqué te habré llamado a vos? si la vida nos separó ampliamente, quería recordar el rechazo. La foto, los rostros, coreografía del pasado actualizado en una sensación que se presenta, aun se presenta. Increíblemente se reanudan las primeras sensaciones, como si no importara tanto la exactitud de lo recordado sino la exactitud de lo sentido, la imborrable percepción con la que teñimos ese momento. De la verdad...todos hemos olvidado un poco. Estamos a oscuras, somos tres, pero podríamos ser cuatro. Y nos sentamos pero la voz de mi garganta no sale, otra vez, estoy en el espacio indicado. El contorno y la noche.

Bordeador de límites

¿Mundo simbólico? Trasladar al lenguaje, volver a pensar-nos. Simboliza para que lo temible se vuelva aceptable o encuentra un verbo que lo vuelva otro. El lugar en el que terminamos es el borde del mundo. Creíamos en nada y sin embargo todo existía irremediablemente. Por eso chocan las corrientes y provocan el sinsentido, el borde explotado de las cosas. Te pego, te provoco… ¡Valida el mundo! Todavía necesitamos comprender lo que estaba puesto allí a la vista de todos pero desconectado de al menos un universo, no hay tierra; aseguraste que una corriente o quizás dos y que explote el sentido. Un cuerpo desvinculado, una casa sin razón, todo árido, tan árido y transpirado, agotado. Porque chocan las corrientes  ¿Una o dos corrientes? Todo explotado y sin nombrar. Indecible desconexión. Vamos a soñar la disgregación para que se ordene y calme el caos, entonces la ruina será bella y el brillo reluciente de tus copas y el perfume increíble de tus ropas y el perfecto encastre de

Preparados, listos, ya!

Preparados, listos, ya!                           - A mi querida familia-                                                         Y si, parece que crecimos, lo dice nuestra piel, lo dice las canas, los vicios abandonados; lo dice los niños pequeños y los niños egresados, lo dice la calva inminente de mi hermano, lo dice mi falta de trasnoche, lo dice Rodrigo, Felipe y Lautaro, lo dice María Luz, Febi y una charla con el tío Fernando.                            Y si, no hay otra, crecimos, algunos dolorosamente, otros lo seguimos intentando. Algunos hablamos más (y hasta demás) del proceso, otros lo viven o vivieron sin pronunciarlo. También estamos creciendo Pastor, Bebi y yo , aunque la parimos desgarrados. Y creció Luiz, Gordi y la tía Chavela - nuevos abuelos luego de estar quebrados. Nueva música para los abuelos de Felipe.                           Y si, evidentemente crecimos, desde hace una eternidad hasta ahora. Creo que...preparados, listos, ya! y salimos del umbral de