El cuerpo relatado

Estuve pensando; cuando las cosas se complican, me tienta el abandono.  Una tontería, desprecio de lo propio. ¿Debes echar por la borda tanto empeño? ¿Cuál es la medida? Sentí un alivio momentáneo,  un poco de ligereza en el pensamiento, un poco de silencio. Luego sobrevino la culpa. Esta capacidad latente de abandono, traté de detener sin perder,  detener para observar, acomodar.  Todavía falta. Hay tantos espacios  abiertos en mi que el deseo se me ausenta por la ventana. Hay que ser así, de este modo,  si no lo haces siempre, no sos de este group...,  pobre siempre pobre, carenciada, yogui paquera. Engordar, terror Papada, terror Los huesos, dolor Los pies, no quieren ya cargarme. ¿Y la mente? Memorias de lo que fui, de lo que nunca voy a ser. Quiero operarme del super yo. Mi escritura posee muchos lugares comunes  por ejemplo; los finales caen abruptamente para cerrar y arrebatan el texto. Dos días diferentes, dos letras disímiles. Mi escritura posée la forma del exceso, la puntuac

 Tengo un pequeño cuaderno, para tomar notas chiquitas. Voy a empezar con pequeñas hojas escritas en un instante  arrinconado del día. Voy a decir que pusimos el dedo chiquito del pie afuera y aunque no era lejos, era fuera. Tal vez, porque hay días en los que no puedo salir de adentro, aun estando afuera. ¿Fuera de juego o afuera de mi? Algo pasó, algo le sucedió a las verdades, algo enteramente, fuera del alcance de la materialidad, de los hechos. Diferir afuera, no hay más que este tiempo. ¡Ay de trascender! /Estoy fuera de eso/también de las certezas, si todo cae, se desvanece y se vuelve a conformar. Es una realidad. Ayer fue tan cierto y hoy observo ese tiempo deshacerse.  Son estas las fluctuaciones que debía combatir, entonces, me ví y no me reconocí. No sabía quien era. El espejo me devuelve fantásmas y yo quiero una púpila despierta, un pestaneo, la comisura de tu boca, un pecho, tu rostro otro. Sueño que navego en aguas turbias. Mi padre, mi hermana. Aparecen sensaciones en