Me tomé el 76 al revés
Han pasado muchos días, ha pasado la hora indicada... Liberemos nos, no más jóvenes atados en los confines de la ciudad y no más voces deteriorando su identidad. ¿Igual o distinto? Era necesario atravesar y ver... Acá, realmente existe una pobreza que da ganas de llorar. Las cabezas aniquiladas por tener que consumir los deshechos del mercado de consumo ya podrido y encima residual. -me duelen estos pensamientos- Se deshacen como alas de polillas las verdades. Se deshilachan tus categorías,el tejido social está quebrado. Dan ganas de llorar. -Tu vida, tu vida, nuestro mundo...El día que nos demos a luz, que sea por amor- Hoy, unas profundas ganas de alzar vuelo y mirar tranquilamente un río transcurrir tras la frondosa vegetación. Sí volara lo haría como bajando por Bolivar en el Parque Lezama, dejándome deslizar en una corriente de aire y ahí mismo iría viajando de aire en aire, convencida del rostro sosegado de vuelo.